En el corazón del distrito escolar Spring ISD se está llevando a cabo una transformación silenciosa pero impactante: una que celebra la perseverancia y la convicción de que todos los estudiantes merecen un camino hacia la independencia. Dentro de las paredes de Westfield High School, el programa Vocational Independence Community Training of Outstanding Resilient Young Adults (V.I.C.T.O.R.Y.) se ha convertido en un lugar donde los jóvenes adultos con discapacidades continúan aprendiendo, creciendo y descubriendo sus fortalezas mucho después de graduarse. Es aquí donde Daniel Calvillo, que alguna vez fue un estudiante tímido, encontró su confianza, su voz y un futuro lleno de propósito.
Daniel, que ahora tiene 22 años y está a punto de completar el programa V.I.C.T.O.R.Y. en mayo de 2026, comenzó su trayectoria en la escuela primaria Beneke, continuó en la escuela secundaria Wells y se graduó en la escuela secundaria Westfield en 2022. Fue en Westfield donde descubrió el programa, en el que se ha estado preparando para la vida después de la escuela secundaria y desarrollando las habilidades necesarias para vivir de forma independiente.
“Mis actividades favoritas eran las de la imprenta, usar la laminadora, cortar e imprimir en la impresora gigante; era relajante”, dijo Calvillo. “Pero también aprendí sobre las prácticas de las entrevistas de trabajo y la ética laboral, y así es como conseguí mi trabajo en una tienda local de Kroger”.
Cuando Daniel llegó por primera vez al programa V.I.C.T.O.R.Y., era callado y inseguro. Su maestra, Taledra Davis, recuerda claramente aquellos primeros días.
“Cuando empezó, Daniel era muy, muy tímido”, dijo Davis. “Apenas hablaba, pero poco a poco empezó a entablar relaciones. Trabajaba duro todos los días, incluso cuando estaba nervioso. Realmente empezó a soltarse”.
Las tareas prácticas captaron rápidamente el interés de Daniel, especialmente en la imprenta, una de las rotaciones vocacionales del programa. Lo que comenzó como simple curiosidad pronto se convirtió en liderazgo.
“Daniel era uno de los supervisores de nuestra imprenta”, añadió Davis. “Delegaba tareas, ayudaba a sus compañeros y se aseguraba de que los pedidos estuvieran completos. Era increíble verlo tomar las responsabilidades”.
El programa V.I.C.T.O.R.Y. ofrece mucho más que habilidades vocacionales. Los estudiantes rotan por una variedad de actividades: crear productos, aprender técnicas de imprenta y oficina, preparar aperitivos y comidas sencillas, realizar tareas domésticas, practicar habilidades sociales y administrar el dinero. El programa también hace énfasis en la participación comunitaria, brindando a los estudiantes experiencias del mundo real, como comprar comestibles, pedir y pagar en restaurantes, y participar en actividades recreativas.
Los estudiantes crean regularmente artículos como camisetas, folletos y golosinas para perros, por nombrar algunos, que luego se venden en una pequeña tienda situada en la escuela, donde los empleados del distrito pueden adquirir estos productos y apoyar directamente al programa. Todo el dinero que los estudiantes ganan con estas iniciativas se reinvierte en financiar actividades, materiales e ingredientes para el programa, y las familias y el personal también pueden apoyar mediante compras, donaciones o pedidos personalizados.
El éxito de Calvillo en el camino hacia la independencia no solo era visible para sus maestros, sino también en casa. Su madre, Ramona López, recuerda sus temores cuando él se unió al programa V.I.C.T.O.R.Y.
“Mi preocupación era que se enfrentaría todo una vez que terminara la escuela secundaria”, dijo López. “Me preocupaba si superaría sus miedos o seguiría adelante. Pero lo ha hecho. Ha crecido mucho, se ha vuelto más independiente e incluso tiene un trabajo y su licencia de conducir. Estoy muy orgullosa de él”.
A través de años de experiencias estructuradas, apoyo y oportunidades —desde salidas como voluntario hasta prácticas y colaboraciones con la Comisión de la Fuerza Laboral de Texas— Calvillo aprendió a defenderse por sí mismo, colaborar con sus compañeros, resolver problemas y desenvolverse en la comunidad con una confianza cada vez mayor.
“Ha crecido muchísimo”, añadió Davis. “Tiene licencia de conducir, un trabajo, amistades y se comunica con claridad y confianza. Realmente sabe cómo defenderse por sí mismo”.
Hoy en día, Calvillo sigue trabajando y tiene metas que comparten muchos jóvenes adultos.
“Quiero tener mi propio vehículo, como un Honda, un auto confiable” dijo. Sus ambiciones pueden ser simples, pero son significativas, y está decidido a hacerlas realidad.
Para la Dra. Lisa Swindull, coordinadora del programa Spring ISD 18+, Daniel representa algo muy poderoso.
“Uno de nuestros principales objetivos es ayudar a los estudiantes a ser lo más independientes posible, ya sea cocinando, lavando la ropa o limpiando, para que puedan contribuir con confianza en casa y en su vida diaria”, afirma Swindull. “Nuestros estudiantes practican constantemente destrezas sociales, desde trabajar en grupo hasta comprender el espacio personal e incluso aprender sobre seguridad en Internet y citas, todo ello adaptado a sus necesidades individuales”.
Mientras Calvillo se prepara para completar el programa V.I.C.T.O.R.Y. en mayo de 2026, su trayectoria demuestra que, con ánimo, estructura y oportunidades, los estudiantes pueden superar obstáculos y alcanzar la verdadera victoria.
“A alguien que esté pensando en unirse al programa le diría que ofrece experiencias del mundo real, por lo que te permite estar más preparado”, afirma Calvillo. “Ahora me siento independiente y seguro de lo que puedo hacer”